Gestión de las emociones en la infancia

A group of people

¿Qué es la infancia?


La infancia es un período de tiempo que comprende diferentes etapas de la vida de niños y niñas, se refiere, no solo a sus condiciones biológicas o físicas, sino a esos momentos y condiciones sociales, culturales y de la calidad de vida (educación, salud, alimentación, cuidado, afecto, entre otras), que son necesarias para que un niño o niñas crezca y se desarrolle. 

Después de la primera infancia, la siguiente etapa es la infancia que inicia alrededor de los        8 hasta los 11 años de edad aproximadamente. Es llamada de manera alterna como pre-adolescencia por ser la transición entre la niñez y la adolescencia. 

Es frecuente que padres y madres se pregunten qué les ocurre a sus hijos e hijas debido a que observan que su comportamiento comienza a parecerse al de un adolescente, quizás antes de lo que ellos y ellas esperaban. Aquí se presentan de igual manera cambios físicos, notorios, pero también biológicos y psicológicos. 


Cambios psicológicos

Con estas edades, los niños empiezan a experimentar sentimientos y emociones más complejas, en el caso de las emociones pasan de aquellas innatas o básicas a las emociones secundarias como una respuesta sofisticada y con clara finalidad social tanto positiva como negativa, estas son autoconscientes y se relacionan al aspecto moral. Entre ellas, tenemos: la vergüenza, la culpa, el orgullo, el placer, los celos.

Además, se observan otras generalidades:


  • Contradicciones en su comportamiento: conductas aún infantiles, pero a la vez exigen mayor independencia y autonomía.

  • Labilidad emocional, su estado de ánimo pasa de un extremo a otro, ya que, la intensidad emocional en este periodo es muy alta. Se intensifican emociones como la vergüenza y el miedo a hacer el ridículo.

  • Los cambios físicos de la pubertad pueden hacer que sientan que su cuerpo es extraño, no les guste o sientan vergüenza de mostrarlo. 

  • Necesidad de mayor intimidad para construir su identidad. En este momento, es habitual que comiencen a pasar más tiempo en su habitación que con la familia.

  • El grupo de iguales empieza a ser el referente, por lo que sus comportamientos irán dirigidos a sentirse integrados, al sentimiento de pertenencia.

  • Mayores conflictos con personas de autoridad, principalmente, con padres al empezar a desarrollar su propio criterio. Además de demandar mayor libertad, en la preadolescencia adquiere relevancia el concepto de justicia, por lo que se llegarán a debates que anteriormente no se habían producido.

Estos cambios se producirán con diferente frecuencia e intensidad. No obstante, es muy importante poder identificarlos para poder acompañar adecuadamente a los preadolescentes durante este proceso.


Maduración cognitiva

Con el paso de los años, llegan también los cambios biológicos iniciando la fase de maduración cognitiva. El cerebro de manera natural comienza la poda neuronal o pérdida de sinapsis gracias a la cual este órgano se vuelve más eficiente; aunque si bien, la ciencia ha logrado demostrar que este proceso inicia alrededor de los 3 años de edad de forma paulatina, es en la infancia cuando se desarrolla la poda neuronal a gran escala con el objetivo de eliminar o filtrar las conexiones neuronales que ya no son utilizadas, a la vez que las útiles son fortalecidas y mielinizadas para procesar la información de una manera más eficaz y a una velocidad mayor. No obstante, durante la infancia la sinapsis continúa aumentando, aunque en menor medida. 


Es importante conocer que existen factores que pueden perjudicar la poda neuronal, tales como la falta de estimulación ocasionando una poda mayor de lo normal repercutiendo a su vez, en un menor desarrollo de la corteza temporal (encargada de las emociones, el lenguaje y la memoria). Así mismo, hay investigaciones que aducen los efectos de los traumas de cualquier índole en edades tempranas donde la poda no sucede con normalidad quedando una red excesivamente tupida incidiendo en el desarrollo de la conducta social pudiendo llegar hasta posibles trastornos de conducta disocial. 



En esta etapa podemos como padres, ayudarles a nuestros hijos a gestionar sus emociones, aquí te dejamos algunos tips para alcanzar este importante objetivo:

  • Escucha sus necesidades y empatiza con él, aumenta la confianza entre ambos.

  • Facilita un espacio de expresión emocional, siendo su modelo. Si percibe que tú también experimentas emociones similares les ayudará a sentirse más cómodos/as y así, contarte si necesitan ayuda.

  • Con mayor autoconciencia de tu hijo, puedes aumentar el nivel de educación emocional. Por ejemplo, enseñándoles a diferenciar entre una emoción y un sentimiento. 

  • Interésate por sus gustos y aficiones y proponle que participe en la elección de actividades de ocio compartidas en familia.

  • Respeta su espacio, tanto en casa como con amigos. Como padres y madres, la preocupación, el miedo e incluso el sentimiento de rechazo aumenta cuando percibes que tu hijo/a prefiere pasar más tiempo en su habitación o con sus amigos/as que con la familia. Pero es importante entender cuál es su necesidad en esta etapa y llegar a acuerdos que faciliten la convivencia familiar y el desarrollo individual.

  • Pon normas y límites que se adapten a cada momento de la preadolescencia. En primer lugar, llega a acuerdos con tu pareja (si es el caso) y, posteriormente, negocia con tu hijo o hija cómo serán las normas y consecuencias. 

  • Autoconocimiento: Haz que reconozca cada emoción y cómo se siente físicamente, ayúdale a que lo describa de manera detallada de manera verbal o escrita.

  • Construyan juntos herramientas como la “botella de la calma” y el “mando de la mente”. Te dejamos los enlaces en youtube para que te guíes con la botella:


https://www.youtube.com/watch?v=persIZh3Rqc

https://www.youtube.com/watch?v=IDnnqSsSjxw 

El mando a distancia de la mente es una de las estrategias (la nº6) del cerebro pleno que también encontrarás en el libro que se anexa “El cerebro del niño” del Psiquiatra Daniel J. Siegel. 

  • Aprendiendo y enseñando el método RULER, por sus siglas en inglés (Recognizing-Understanding-Labeling-Expressing-Regulating), un medidor emocional. En este link se puede observar de manera práctica: https://youtu.be/P1juVLSR7q4


"Nunca te compares con otros padres, ni compares a tus hijos con otros hijos. Cada situación es única”.

Sarah Jana Radcliffe



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Gestión de las emociones en la infancia

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¿Qué es la infancia?


La infancia es un período de tiempo que comprende diferentes etapas de la vida de niños y niñas, se refiere, no solo a sus condiciones biológicas o físicas, sino a esos momentos y condiciones sociales, culturales y de la calidad de vida (educación, salud, alimentación, cuidado, afecto, entre otras), que son necesarias para que un niño o niñas crezca y se desarrolle. 

Después de la primera infancia, la siguiente etapa es la infancia que inicia alrededor de los        8 hasta los 11 años de edad aproximadamente. Es llamada de manera alterna como pre-adolescencia por ser la transición entre la niñez y la adolescencia. 

Es frecuente que padres y madres se pregunten qué les ocurre a sus hijos e hijas debido a que observan que su comportamiento comienza a parecerse al de un adolescente, quizás antes de lo que ellos y ellas esperaban. Aquí se presentan de igual manera cambios físicos, notorios, pero también biológicos y psicológicos. 


Cambios psicológicos

Con estas edades, los niños empiezan a experimentar sentimientos y emociones más complejas, en el caso de las emociones pasan de aquellas innatas o básicas a las emociones secundarias como una respuesta sofisticada y con clara finalidad social tanto positiva como negativa, estas son autoconscientes y se relacionan al aspecto moral. Entre ellas, tenemos: la vergüenza, la culpa, el orgullo, el placer, los celos.

Además, se observan otras generalidades:


  • Contradicciones en su comportamiento: conductas aún infantiles, pero a la vez exigen mayor independencia y autonomía.

  • Labilidad emocional, su estado de ánimo pasa de un extremo a otro, ya que, la intensidad emocional en este periodo es muy alta. Se intensifican emociones como la vergüenza y el miedo a hacer el ridículo.

  • Los cambios físicos de la pubertad pueden hacer que sientan que su cuerpo es extraño, no les guste o sientan vergüenza de mostrarlo. 

  • Necesidad de mayor intimidad para construir su identidad. En este momento, es habitual que comiencen a pasar más tiempo en su habitación que con la familia.

  • El grupo de iguales empieza a ser el referente, por lo que sus comportamientos irán dirigidos a sentirse integrados, al sentimiento de pertenencia.

  • Mayores conflictos con personas de autoridad, principalmente, con padres al empezar a desarrollar su propio criterio. Además de demandar mayor libertad, en la preadolescencia adquiere relevancia el concepto de justicia, por lo que se llegarán a debates que anteriormente no se habían producido.

Estos cambios se producirán con diferente frecuencia e intensidad. No obstante, es muy importante poder identificarlos para poder acompañar adecuadamente a los preadolescentes durante este proceso.


Maduración cognitiva

Con el paso de los años, llegan también los cambios biológicos iniciando la fase de maduración cognitiva. El cerebro de manera natural comienza la poda neuronal o pérdida de sinapsis gracias a la cual este órgano se vuelve más eficiente; aunque si bien, la ciencia ha logrado demostrar que este proceso inicia alrededor de los 3 años de edad de forma paulatina, es en la infancia cuando se desarrolla la poda neuronal a gran escala con el objetivo de eliminar o filtrar las conexiones neuronales que ya no son utilizadas, a la vez que las útiles son fortalecidas y mielinizadas para procesar la información de una manera más eficaz y a una velocidad mayor. No obstante, durante la infancia la sinapsis continúa aumentando, aunque en menor medida. 


Es importante conocer que existen factores que pueden perjudicar la poda neuronal, tales como la falta de estimulación ocasionando una poda mayor de lo normal repercutiendo a su vez, en un menor desarrollo de la corteza temporal (encargada de las emociones, el lenguaje y la memoria). Así mismo, hay investigaciones que aducen los efectos de los traumas de cualquier índole en edades tempranas donde la poda no sucede con normalidad quedando una red excesivamente tupida incidiendo en el desarrollo de la conducta social pudiendo llegar hasta posibles trastornos de conducta disocial. 



En esta etapa podemos como padres, ayudarles a nuestros hijos a gestionar sus emociones, aquí te dejamos algunos tips para alcanzar este importante objetivo:

  • Escucha sus necesidades y empatiza con él, aumenta la confianza entre ambos.

  • Facilita un espacio de expresión emocional, siendo su modelo. Si percibe que tú también experimentas emociones similares les ayudará a sentirse más cómodos/as y así, contarte si necesitan ayuda.

  • Con mayor autoconciencia de tu hijo, puedes aumentar el nivel de educación emocional. Por ejemplo, enseñándoles a diferenciar entre una emoción y un sentimiento. 

  • Interésate por sus gustos y aficiones y proponle que participe en la elección de actividades de ocio compartidas en familia.

  • Respeta su espacio, tanto en casa como con amigos. Como padres y madres, la preocupación, el miedo e incluso el sentimiento de rechazo aumenta cuando percibes que tu hijo/a prefiere pasar más tiempo en su habitación o con sus amigos/as que con la familia. Pero es importante entender cuál es su necesidad en esta etapa y llegar a acuerdos que faciliten la convivencia familiar y el desarrollo individual.

  • Pon normas y límites que se adapten a cada momento de la preadolescencia. En primer lugar, llega a acuerdos con tu pareja (si es el caso) y, posteriormente, negocia con tu hijo o hija cómo serán las normas y consecuencias. 

  • Autoconocimiento: Haz que reconozca cada emoción y cómo se siente físicamente, ayúdale a que lo describa de manera detallada de manera verbal o escrita.

  • Construyan juntos herramientas como la “botella de la calma” y el “mando de la mente”. Te dejamos los enlaces en youtube para que te guíes con la botella:


https://www.youtube.com/watch?v=persIZh3Rqc

https://www.youtube.com/watch?v=IDnnqSsSjxw 

El mando a distancia de la mente es una de las estrategias (la nº6) del cerebro pleno que también encontrarás en el libro que se anexa “El cerebro del niño” del Psiquiatra Daniel J. Siegel. 

  • Aprendiendo y enseñando el método RULER, por sus siglas en inglés (Recognizing-Understanding-Labeling-Expressing-Regulating), un medidor emocional. En este link se puede observar de manera práctica: https://youtu.be/P1juVLSR7q4


"Nunca te compares con otros padres, ni compares a tus hijos con otros hijos. Cada situación es única”.

Sarah Jana Radcliffe



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Gestión de las emociones en la infancia

A group of people

¿Qué es la infancia?


La infancia es un período de tiempo que comprende diferentes etapas de la vida de niños y niñas, se refiere, no solo a sus condiciones biológicas o físicas, sino a esos momentos y condiciones sociales, culturales y de la calidad de vida (educación, salud, alimentación, cuidado, afecto, entre otras), que son necesarias para que un niño o niñas crezca y se desarrolle. 

Después de la primera infancia, la siguiente etapa es la infancia que inicia alrededor de los        8 hasta los 11 años de edad aproximadamente. Es llamada de manera alterna como pre-adolescencia por ser la transición entre la niñez y la adolescencia. 

Es frecuente que padres y madres se pregunten qué les ocurre a sus hijos e hijas debido a que observan que su comportamiento comienza a parecerse al de un adolescente, quizás antes de lo que ellos y ellas esperaban. Aquí se presentan de igual manera cambios físicos, notorios, pero también biológicos y psicológicos. 


Cambios psicológicos

Con estas edades, los niños empiezan a experimentar sentimientos y emociones más complejas, en el caso de las emociones pasan de aquellas innatas o básicas a las emociones secundarias como una respuesta sofisticada y con clara finalidad social tanto positiva como negativa, estas son autoconscientes y se relacionan al aspecto moral. Entre ellas, tenemos: la vergüenza, la culpa, el orgullo, el placer, los celos.

Además, se observan otras generalidades:


  • Contradicciones en su comportamiento: conductas aún infantiles, pero a la vez exigen mayor independencia y autonomía.

  • Labilidad emocional, su estado de ánimo pasa de un extremo a otro, ya que, la intensidad emocional en este periodo es muy alta. Se intensifican emociones como la vergüenza y el miedo a hacer el ridículo.

  • Los cambios físicos de la pubertad pueden hacer que sientan que su cuerpo es extraño, no les guste o sientan vergüenza de mostrarlo. 

  • Necesidad de mayor intimidad para construir su identidad. En este momento, es habitual que comiencen a pasar más tiempo en su habitación que con la familia.

  • El grupo de iguales empieza a ser el referente, por lo que sus comportamientos irán dirigidos a sentirse integrados, al sentimiento de pertenencia.

  • Mayores conflictos con personas de autoridad, principalmente, con padres al empezar a desarrollar su propio criterio. Además de demandar mayor libertad, en la preadolescencia adquiere relevancia el concepto de justicia, por lo que se llegarán a debates que anteriormente no se habían producido.

Estos cambios se producirán con diferente frecuencia e intensidad. No obstante, es muy importante poder identificarlos para poder acompañar adecuadamente a los preadolescentes durante este proceso.


Maduración cognitiva

Con el paso de los años, llegan también los cambios biológicos iniciando la fase de maduración cognitiva. El cerebro de manera natural comienza la poda neuronal o pérdida de sinapsis gracias a la cual este órgano se vuelve más eficiente; aunque si bien, la ciencia ha logrado demostrar que este proceso inicia alrededor de los 3 años de edad de forma paulatina, es en la infancia cuando se desarrolla la poda neuronal a gran escala con el objetivo de eliminar o filtrar las conexiones neuronales que ya no son utilizadas, a la vez que las útiles son fortalecidas y mielinizadas para procesar la información de una manera más eficaz y a una velocidad mayor. No obstante, durante la infancia la sinapsis continúa aumentando, aunque en menor medida. 


Es importante conocer que existen factores que pueden perjudicar la poda neuronal, tales como la falta de estimulación ocasionando una poda mayor de lo normal repercutiendo a su vez, en un menor desarrollo de la corteza temporal (encargada de las emociones, el lenguaje y la memoria). Así mismo, hay investigaciones que aducen los efectos de los traumas de cualquier índole en edades tempranas donde la poda no sucede con normalidad quedando una red excesivamente tupida incidiendo en el desarrollo de la conducta social pudiendo llegar hasta posibles trastornos de conducta disocial. 



En esta etapa podemos como padres, ayudarles a nuestros hijos a gestionar sus emociones, aquí te dejamos algunos tips para alcanzar este importante objetivo:

  • Escucha sus necesidades y empatiza con él, aumenta la confianza entre ambos.

  • Facilita un espacio de expresión emocional, siendo su modelo. Si percibe que tú también experimentas emociones similares les ayudará a sentirse más cómodos/as y así, contarte si necesitan ayuda.

  • Con mayor autoconciencia de tu hijo, puedes aumentar el nivel de educación emocional. Por ejemplo, enseñándoles a diferenciar entre una emoción y un sentimiento. 

  • Interésate por sus gustos y aficiones y proponle que participe en la elección de actividades de ocio compartidas en familia.

  • Respeta su espacio, tanto en casa como con amigos. Como padres y madres, la preocupación, el miedo e incluso el sentimiento de rechazo aumenta cuando percibes que tu hijo/a prefiere pasar más tiempo en su habitación o con sus amigos/as que con la familia. Pero es importante entender cuál es su necesidad en esta etapa y llegar a acuerdos que faciliten la convivencia familiar y el desarrollo individual.

  • Pon normas y límites que se adapten a cada momento de la preadolescencia. En primer lugar, llega a acuerdos con tu pareja (si es el caso) y, posteriormente, negocia con tu hijo o hija cómo serán las normas y consecuencias. 

  • Autoconocimiento: Haz que reconozca cada emoción y cómo se siente físicamente, ayúdale a que lo describa de manera detallada de manera verbal o escrita.

  • Construyan juntos herramientas como la “botella de la calma” y el “mando de la mente”. Te dejamos los enlaces en youtube para que te guíes con la botella:


https://www.youtube.com/watch?v=persIZh3Rqc

https://www.youtube.com/watch?v=IDnnqSsSjxw 

El mando a distancia de la mente es una de las estrategias (la nº6) del cerebro pleno que también encontrarás en el libro que se anexa “El cerebro del niño” del Psiquiatra Daniel J. Siegel. 

  • Aprendiendo y enseñando el método RULER, por sus siglas en inglés (Recognizing-Understanding-Labeling-Expressing-Regulating), un medidor emocional. En este link se puede observar de manera práctica: https://youtu.be/P1juVLSR7q4


"Nunca te compares con otros padres, ni compares a tus hijos con otros hijos. Cada situación es única”.

Sarah Jana Radcliffe



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS